martes, 27 de enero de 2015

El mundo sin electricidad?

Preguntas orientadoras:

  1. Sería posible que existiera nuestro mundo sin electricidad?
  2. Cuáles son las ventajas de la electricidad para la humanidad?
  3. Cuáles son las desventajas de la electricidad para la humanidad?
  4. Cuáles son las ventajas de la electricidad para las personas en su cotidianidad?
  5. Cuáles son las desventajas de la electricidad para las personas en su cotidianidad?
  6. Cómo deberíamos obtener la electricidad que necesitamos?




UN DÍA SIN ELECTRICIDAD: De vuelta al Siglo XIX
Tomado de: http://ciencialaultima.blogspot.com/2012/05/un-dia-sin-electricidad-de-vuelta-al.html

En este artículo vamos a hablar sobre la importancia de la electricidad (y por lo tanto de su producción) en nuestras vidas, e intentaremos analizar por qué razones es esencial para el ser humano.

Al plantearnos este tema, llegamos a la conclusión de que no podíamos hablar de lo que supone vivir sin electricidad si no renunciábamos a utilizarla durante un tiempo, por lo que decidimos pasar un día entero sin ella.

A continuación, vamos a contar nuestra experiencia.

A oscuras e incomunicadas

El pasado sábado 19 de mayo nos despertamos dispuestas a pasar un día sin electricidad, al fin y al cabo, no podía ser para tanto. Decidimos pasar el día juntas, para así poder ir organizando las ideas de nuestro artículo y compartir impresiones.

Nada más levantarnos subimos las persianas y abrimos las ventanas para que entrase un poco de luz. Como la noche anterior habíamos desenchufado el despertador, tuvimos que buscar un reloj analógico en el que poder mirar la hora. Eran las diez y media de la mañana, asique decidimos bajar a desayunar. Después de un vaso de leche fría (ya que no podíamos utilizar el microondas) y una “tostada” sin tostar, subimos al cuarto y nos duchamos (con agua fría, porque la ducha funciona gracias a un termo eléctrico). No nos pudimos secar el pelo con el secador, así que como hacía bastante frío estuvimos veinte minutos secándolo con la toalla.

Después de habernos vestido, nos pusimos a hacer algunos deberes porque la semana siguiente teníamos unos cuantos exámenes. Peor que hacer los deberes fue tener que apañárnoslas para prescindir del ordenador y de la calculadora. Estuvimos buscando en libros de la casa información para los deberes de lengua, buscando en diccionarios palabras para francés y, lo peor de todo, haciendo larguísimas operaciones a lápiz para matemáticas.

Cuando prácticamente habíamos acabado, nos dijeron que ya era hora de comer. Desgraciadamente la cocina era eléctrica (de vitrocerámica), por lo que tuvimos que pedirle a los vecinos (que tienen una cocina de gas) que nos calentaran unos macarrones.

Después de comer, estuvimos en el salón un rato (obviamente sin ver la televisión) charlando, esperando a que una amiga llegase porque habíamos quedado con ella esa tarde. Esperamos durante más de una hora, pero no llegaba. Como somos un poco despistadas, se nos había olvidado cargar nuestros móviles el día anterior y estaban sin batería, así que no pudimos llamarle para preguntarle qué pasaba. Estábamos un poco preocupadas, no sabíamos si le había pasado algo. De repente oímos unos golpes en la entrada de la casa. Abrimos la puerta y vimos que era nuestra amiga. Nos dijo que llevaba muchísimo tiempo llamando al telefonillo y que no entendía por qué no le abríamos, y que había tenido que esperar a que un vecino le abriese la puerta para entrar. Le explicamos que habíamos tenido que desconectar todos los aparatos eléctricos de la casa porque estábamos escribiendo este artículo y entonces lo comprendió todo. Nos dijo que llevaba todo el día encerrada en casa y que le apetecía salir a hacer algo así que nos pusimos a proponer distintos planes.

Las opciones eran muy limitadas, porque no podíamos coger ni el coche, ni el autobús, ni el metro por lo que teníamos ir a algún sitio que no estuviese demasiado lejos de casa. Pensamos en  ir al cine o a alguna discoteca, pero enseguida nos dimos cuenta de que estas actividades no entraban dentro de las que podíamos practicar. Al final decidimos ir a dar un paseo y parar a tomarnos algo en cualquier sitio (asegurándonos de que no hubiesen utilizado ningún dispositivo eléctrico para prepararlo).
Sobre las nueve volvimos a casa. Nos apetecía ver una película, pero para eso necesitábamos encender la televisión, así que acabamos jugando a las cartas. Enseguida oscureció, y como todavía no nos apetecía irnos a la cama, encendimos unas cuentas velas y seguimos jugando.

Al cabo de un rato nos entró sueño, así que decidimos irnos a dormir. La verdad es que las dos nos acostamos bastante aliviadas, pensando que al día siguiente ya podríamos hacer vida normal y volver a utilizar la electricidad.

Conclusiones sacadas a raíz de la experiencia

Antes de nada queremos decir que antes de pasar un día entero sin electricidad no nos podíamos haber imaginado la de cosas a las que íbamos a tener que renunciar. Enseguida nos dimos cuenta de que la electricidad está presente en nuestras vidas de mil formas y en miles de situaciones distintas, y de que la mayoría de las veces ni siquiera somos conscientes de que estamos haciendo uso de ella.
Mientras vivíamos esta experiencia, nos íbamos dando cuenta de las actividades que no podíamos hacer. Son cosas que una persona de hoy en día está acostumbrada a realizar, y en muchos casos incluso necesita hacer. La electricidad está presente en todo tipo de situaciones y facilidades, empezando por la iluminación y siguiendo por el transporte, la calefacción, la comunicación, la alimentación, las actividades de placer y muchas cosas más. Si el mundo se viese obligado a prescindir de la electricidad, todo lo que hacemos en nuestro día a día tendría que cambiar (a como se hacía antes de descubrir la electricidad) o directamente desaparecer.

A parte de en nuestro día a día, nos hemos dado cuenta de que la electricidad también juega un papel imprescindible en momentos que (aunque no siempre seamos conscientes de ello) también son importantes. La electricidad hace posible que la medicina avance a un ritmo aceleradísimo y que se pueda salvar o alargar la vida de las personas, hace posible que se puedan llevar cohetes al espacio para investigar sobre la vida en otros planetas y ayuda a que la tecnología se desarrolle permitiendo la fabricación masiva de productos, entre muchas otras cosas.

Si lo piensas bien, hoy en día, es prácticamente imposible imaginar nuestro mundo sin electricidad. Sería demasiado distinto a cómo es en la actualidad.

Electricidad sostenible

Después de pensar sobre esto (tuvimos mucho tiempo para pensar), llegamos a la conclusión de que ya que es tan importante usar la electricidad, su producción en centrales es esencial. Es cierto que la producción de electricidad tiene consecuencias negativas sobre el medio ambiente, pero también es cierto que nos hemos desarrollado de una manera que hace que sea completamente necesaria para el ser humano. Por ello creemos que la solución está en el ahorro. No debemos malgastarla, porque su abuso podría tener (y de hecho está teniendo) consecuencias terribles.

Creemos que la experiencia que hemos pasado debería pasarla todo el mundo, para que se diesen cuenta de lo que tienen y de lo difícil que es vivir sin electricidad. De esta forma aprenderían a  apreciarla más.


Realizado por: Almudena Miláns del Bosch y Clara Heredia


Un día sin electricidad
Tomado de: http://geaweb.com/agenda21escolar/


29/2/2009

Es sábado, y me fui a preparar el desayuno después de subir las persianas. Cuando iba a coger la leche me percaté de que la nevera no hacía su ruido particular. La abrí y no había luz. Pensé que estaría rota o algo... Cogí un cuenco, eché la leche y el cola-cao y abrí el microondas para calentarla. Pero no funcionó. Me tuve que tomar la leche fría, con lo poco que me gusta… Quise pensar que también estaba roto, pero seguramente no era eso, así que di al botón de la tele, y efectivamente no se encendió. No había electricidad.

Desperté a mi madre y le conté lo que ocurría. Me dijo que a lo mejor habían saltado los plomos y se volvió a dormir. Los fui a revisar y estaban en buen estado. Además hacía un sol espléndido a sí que descarté que fuera culpa de una tormenta.

Cuando mi padre, mi madre y mi hermana se despertaron, yo me fui a casa de un vecino que es muy amigo mío y le pregunté que si pasaba lo mismo en su casa. Él se acababa de levantar y no tenía ni idea, entonces intentó encender una luz y nada… Le di las gracias y me volví para casa. Mis padres estaban escuchando las noticias por una radio a pilas y estaban diciendo que por primera vez en la historia no había electricidad en todo el mundo. Por una parte me sentí mal y por otra bien. No iba a poder ver la tele ni coger el ordenador, pero iba a estar todo el día en la calle con mis amigos, que es lo que más me gusta. Y también por un día las fábricas que contaminan el medio ambiente iban a dejar de emitir gases.

Como no podía usar el móvil llamé a mis amigos uno a uno, tirando piedrecitas a la ventana… Tardé bastante pero mereció la pena. El día se pasó rapidísimo. Sólo estuvimos en la calle o en algún parque, simplemente hablando y jugando, con la bici, con el balón de fútbol... Y me lo pasé mucho mejor que con una Wii o una PSP.

Por la noche estuvimos iluminados por la bonita luz de la luna, mejor que cualquier farola de ciudad, y la verdad es que se veía bastante bien, así que decidimos comentarle al alcalde que no hacía falta tanta luz artificial.

No se veían rótulos enormes de tiendas ni luces en las casas, y eso le daba un toque tranquilo a la ciudad. Pensé que en todos los países estarían así, sin luz, y me acordé de Madrid, mi ciudad natal. Ahí, con todos los rascacielos y enormes bloques de viviendas, no debía de haber ningún lugar donde se viera la luz de la luna bañando los parques, sus flores y árboles con su luz blanquecina. Y eso era un paisaje precioso…

Fue pasando el tiempo pero no nos queríamos separar, así que yo propuse que todos nos fuéramos a dormir juntos, aunque éramos más de veinte personas. Mis padres iban a quedarse a dormir en casa de unos amigos suyos, y mi hermana también. Les dije a mis amigos que a lo mejor en mi casa nos podíamos quedar, pero tenía que preguntarlo y, en caso de que me dejaran, algunos tendrían que dormir en colchonetas o en el suelo, pero no creo que durmiéramos mucho esa noche… Ellos aceptaron y, automáticamente metí mi mano en el bolsillo para coger el móvil. Pero me acordé de que hoy no era un día normal. Así que fuimos andando a la casa donde estaban mis padres y tuve que usar el mismo método que antes: tirar piedrecitas a la ventana, porque como no había electricidad los telefonillos no funcionaban. Se asomó mi padre y le pregunté que si podían quedarse todos... Tras pensarlo un rato me dejó, pero con la condición de no romper nada. Le dije que no se preocupara y nos fuimos. Primero, a casa de tres amigos, para coger linternas y luego a mi casa. Nada más entrar encendimos las linternas y fuimos al salón. Empezamos a hablar y acabamos haciendo preguntitas… Nos lo estábamos pasando genial, pero a las cinco de la madrugada el cansancio de estar todo el día en la calle empezó a hacer efecto. Organizamos el salón para poder dormir todos más o menos a gusto. Entre colchonetas, manteles y sofás, sólo tuvieron que dormir en el suelo Clara y Jimena, que les tocó la calavera en el sorteo con papelitos que hicimos.

1/30/2009

Nos levantamos a las dos. Recogimos todo y hablamos un rato sobre qué pasaría si el mundo siguiera sin electricidad. Algunos dijeron que los hospitales no podrían funcionar; no se podría operar ni hacer radiografías. Yo opiné sobre los semáforos. Sin ellos todas las ciudades serían un caos y moriría mucha gente en accidentes de tráfico, y si los hospitales no pueden hacer su trabajo… Algunos creían que ya habría electricidad y otros no. Yo creía que no, pero al dar al botón de la tele se encendió. Todos nos alegramos mucho y quedamos todos a las cinco y media en la glorieta.


Alejandro Pulido Sánchez-Barroso




 ¿CÓMO SERÍA UN MUNDO SIN ENERGÍA ELÉCTRICA?
Por Mauricio Jaramillo Agosto 24 de 2012
Tomado de: http://revistadiners.com.co/articulo_especial/17_157_como-seria-un-mundo-sin-energia-electrica



Imagínese que un día el planeta se quedara las 24 horas sin energía eléctrica. ¿Qué pasaría? Probablemente crea que no sea tan grave como la falta de agua, pero sin electricidad todo se paralizaría. Los servicios energéticos son fundamentales en la productividad, la economía, la salud y la educación de los pueblos. Con todo, la ONU señala que también “tienen un profundo efecto en el cambio climático, la seguridad alimentaria e hídrica”.

Hoy, 3.000 millones de personas –de un total de 7.000 millones– tienen en el carbón y la “biomasa” tradicional sus principales fuentes de energía, y 1.400 millones carecen de acceso a la electricidad, según la Agencia Internacional de Energía (IEA), mientras que solo unos pocos millones cuentan con fuentes de energías limpias o amigables con el medio ambiente.

“La falta de acceso a la energía no contaminante, asequible y fiable obstaculiza el desarrollo social y económico y constituye un obstáculo importante para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio”, dice la ONU, y por eso este año quiere generar más conciencia sobre la importancia de incrementar la energía renovable y la eficiencia energética.

El planeta necesita reducir las emisiones de gases tóxicos, y por ello se trabaja intensamente para desarrollar tecnologías que permitan producir energía más limpia, más barata y que llegue a muchas regiones que hoy aún viven, literalmente, en la oscuridad.

Por ello, a la energía eólica y la solar, fuentes que desde hace varias décadas se ven como el futuro de la electricidad, se suman ahora avances en la generación eléctrica a partir de energía termal de los océanos, hidrógeno, olas y mareas, agua de mar desalinizada y hasta vegetales y desechos que contengan carbono.

Sin embargo, estos avances están aún en sus primeras etapas, y los proyectos piloto que hay en el mundo muestran que los costos son varias veces más altos que los de las fuentes tradicionales. Luis Fernando Rodríguez, “padre” del programa eólico de EPM nacido en 1998, dice que ese año, cuando se evaluaron las fuentes alternativas, la empresa encontró que “la energía eólica era la más competitiva de todas, por costos y políticas ambientales globales, y casi 15 años después lo sigue siendo”.

Hoy, las termoeléctricas –que generan energíaa partir del carbón, el petróleo y el gas natural– y las hidroeléctricas –a partir del agua– son las principales fuentes en la mayoría de los países, mientras que las plantas nucleares han sido cerradas en muchos países y los parques de energía eólica y solar se han expandido en varias regiones del mundo.

Colombia, pionero en energía eólica

Con el Parque Jepírachi, que EPM construyó en La Guajira y estrenó a mediados de la década pasada, Colombia fue pionero en la región, después de Costa Rica. El parque, situado en la región con vientos más fuertes del país, tiene una capacidad de 19,5 megavatios (MW), y por ahora es la única fuente de energía sostenible que alimenta el mercado regulado de la Bolsa Nacional Energética. A este se sumaría el Parque Eólico Jouktai, también en La Guajira, que la firma Isagén proyecta inaugurar en 2016 y generaría 32 megavatios.

Pero pese a ser pionero, hoy Colombia es de los países que menos generan energía eólica en la región (su costo es mayor), algo que no desanima a Rodríguez, un convencido de las fuentes renovables: “El mercado eléctrico colombiano es uno de los más avanzados del mundo, y este es el país de la región en el que las termoeléctricas tienen menor participación en el total de la energía generada, solo el 20% en años de hidrología normal, y estas son las que más contaminan”.

En otras palabras, las hidroeléctricas son más amigables con el ambiente que las termoeléctricas, y por ello Colombia solo genera una fracción del dióxido de carbono de países como Venezuela, Argentina, México o Chile.

La mayoría de la energía que consumimos proviene del carbón, siendo una fuente muy contaminante. Por eso, el Banco Mundial está donando millones de dólares a las organizaciones que en el mundo están interesadas en entrar al club de las energías limpias. Es una apuesta en el futuro. Y Colombia lo sabe.


OTROS DATOS IMPORTANTES
• La energía eólica se obtiene del viento, y se usa para generar electricidad a partir de aerogeneradores.



• Esta fuente de energía genera solo una fracción de los gases de efecto invernadero de las fuentes no renovables. Pero aún es un 150% más costosa que la de las hidroeléctricas.
• Mientras Colombia tiene una capacidad de los generadores de 19,5 MW (menos del 0,5% del total nacional), en el mundo la capacidad instalada es de 238 gigavatios, GW (3% del total).
• Otros países: Estados Unidos (35 GW), Alemania (25 GW), España (21 GW), Japón (2 GW), Brasil (640 MW), Honduras (102 MW), México (85 MW), Argentina (29 GW).
• En emisiones de dióxido de carbono (CO2), según la IEA, Colombia es uno de los países con energía más sostenible del planeta. Genera 1,33 toneladas de CO2 por habitante, frente a 1,74 de Brasil, 3,72 de México, 3,84 de Chile, 4,14 de Argentina, 5,45 de Venezuela, 6,17 de España, 8,58 de Japón, 15,43 de Canadá y 16,9 de Estados Unidos.